NUESTRA SEÑORA DE LA O
Esperar al Señor que
ha de venir es el tema principal del santo tiempo de Adviento que precede a la gran fiesta
de Navidad. La liturgia de este periodo está llena de deseos de la venida del Salvador y
recoge los sentimientos de expectación.
De este ambiente de
expectación toma la Iglesia las expresiones anhelantes, vivas y adecuadas para la
preparación del misterio de la "nueva Natividad" del salvador Jesús.
En el punto culminante
de esta expectación se halla la Santísima Virgen María. Todas aquellas esperanzas
culminan en Ella, la que fue elegida entre todas las mujeres para formar en su seno el
verdadero Hijo de Dios.
María, repetimos,
está en la cumbre de esta esperanza o, con otras palabras: con María la esperanza es
completa, se hace firme. Unidos a Ella, ya que nuestro adviento, el que nosotros
esperamos, tuvo principio en la celestial Señora, por haber llevado en su seno virginal a
Jesús durante nueve meses, nuestra expectación será más digna del gran Señor que va a
venir.
ROMUALDO Mª DíAZ
CARBONELL, O. S. B.
Y como el Mesías llega por la Madre Virgen, es imposible preparar la Navidad
prescindiendo de la contemplación del indecible gozo esperanzado que poseyó
Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto. Eso es lo que se
quiere expresar con "La Expectación del Parto", o "El día de Santa María"
como se le llamó también en otro tiempo, o "Nuestra Señora de la O" como
popularmente también se le denomina hoy.
La
Expectación del Parto
Fuente:
Autor: Archidiócesis de Madrid
Fuente:
Autor: Archidiócesis de Madrid
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